Para restaurantes, bares, pubs y cualquier establecimiento que sirva cerveza de barril, mantener la calidad y frescura óptimas de la cerveza es imprescindible para la satisfacción y fidelidad de los clientes. Una técnica crucial para preservar el sabor y el aroma desde el envasado hasta el vertido es la purga con nitrógeno de las cubas de llenado. Cuando se aprovecha eficazmente, este proceso puede ayudar a salvaguardar el sabor y la estabilidad de una pinta desde la fábrica de cerveza hasta el vaso del consumidor.
Comprender los peligros de la exposición al oxígeno
La exposición al oxígeno supone una de las mayores amenazas para la calidad de la cerveza durante los procesos de envasado. Cuando el oxígeno entra en contacto con la cerveza, puede desencadenar reacciones químicas que provocan defectos de sabor descritos como "acartonados" o "rancios". También pueden surgir cambios de aroma que desvirtúen el bouquet previsto.
Además, el oxígeno favorece la oxidación y acelera el enranciamiento, dos factores que merman la vida útil. Una vez que la oxidación se afianza, puede acelerar rápidamente la degradación. En poco tiempo, la cerveza fresca se transforma en una versión aburrida y poco atractiva de lo que fue.
Los poderes protectores de la purga de nitrógeno ayudan a contrarrestar estos riesgos.
Cómo el purgado con nitrógeno preserva el potencial de una pinta
Como gas inerte, el nitrógeno no se mezcla ni reacciona con los ingredientes de la cerveza cuando se introduce en las cubas de llenado. Esto evita la oxidación de la cerveza a corto plazo, pero a largo plazo el papel fundamental del nitrógeno es desplazar el oxígeno ambiental presente tras el llenado inicial. Regular hábilmente los caudales de nitrógeno es vital para eliminar completamente el oxígeno sin formación excesiva de espuma ni agitación.
El entorno sin oxígeno resultante preserva la calidad y la frescura de varias formas impactantes. En primer lugar, proporciona una barricada contra la oxidación y los procesos de envejecimiento propensos a introducirse con la presencia de oxígeno. En segundo lugar, el tampón inerte de nitrógeno ayuda a mantener la integridad del aroma y el sabor al finalizar el envasado.
Maximizar esta conservación requiere altos niveles de pureza de nitrógeno y bajos niveles de oxígeno. Evite las impurezas causadas por el oxígeno manteniendo los niveles de oxígeno entre 10 ppb y 25 ppb. Cuando se ejecuta de forma estratégica, este proceso garantiza mejor la frescura de la cerveza para mantener su potencial de sabor al tiempo que conserva el nivel de espuma previsto.
La última línea de defensa de la cerveza de calidad
En el caso de la cerveza de barril, una vez envasada, ya no existen salvaguardas a lo largo de su trayecto hasta el consumidor. Por ello, las cubas de llenado purgadas con nitrógeno constituyen la última medida fiable para conservar el sabor y la frescura. Cualquier infiltración de oxígeno en el envase corre el riesgo de deteriorar la calidad.
Contenido reutilizado de "Improving Packaging Integrity: Nitrogen Purging in Filler Bowls' blog on Euro STS site
En el caso de las cervezas transportadas largas distancias o almacenadas durante periodos prolongados, los riesgos son mayores. Hay que conseguir la estabilidad de estas bebidas importadas para preservar aromas tan codiciados como los cítricos o el pino.
Una purga de nitrógeno bien ejecutada proporciona a los cerveceros una ventaja decisiva. Les permite enviar los productos más lejos y durar más tiempo, sin dejar de satisfacer a los clientes que esperan un producto uniforme en sus vasos.
Maximizar la vida útil y cumplir las expectativas de los clientes
Incluso si una cerveza no se exporta, es posible que tenga que resistir el paso del tiempo en las estanterías de una tienda. La purga de la cuba de llenado es igualmente necesaria en este caso. Además de evitar el enranciamiento, mantener a raya el oxígeno también reduce las posibilidades de contaminación microbiana y deterioro. Cuanto más producto pueda permanecer en el lineal durante más tiempo, menos tendrá que desecharse como consecuencia del deterioro, lo que supone un ahorro adicional. Si se aplica correctamente, esta medida de protección contribuye a reducir considerablemente los residuos, una ventaja muy apreciada por cualquier empresa con mucho trabajo.
Cumplimiento de las normas de seguridad y control de calidad
Como en cualquier proceso relacionado con gases (especialmente los que afectan a alimentos y bebidas), se aplican importantes controles de seguridad, manipulación y pureza para mantener la eficacia de la purga de nitrógeno. Las instalaciones deben cumplir los códigos y normativas que regulan el almacenamiento, el transporte y el funcionamiento de los sistemas de suministro por parte de los empleados.
Para garantizar la calidad, es fundamental verificar sistemáticamente los niveles de pureza. Examinando las muestras envasadas a intervalos durante todo el trayecto del producto, puede asegurarse de que las concentraciones de oxígeno sigan siendo insignificantes y garantizar los mejores resultados posibles. Los datos recopilados durante este proceso también pueden ayudar a detectar cualquier problema, lo que acelera los posibles procesos de reparación.
Un consultorio de confianza que ofrece una ventaja competitiva
La incorporación de la purga de nitrógeno durante el envasado aporta ventajas clave en las que confían los establecimientos de calidad. La garantía de una mayor calidad de la cerveza fideliza a los clientes, la prolongación de la vida útil reduce las pérdidas por residuos y la reputación de las cervezas excelentes se extiende a nuevos clientes.
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